jueves, 29 de agosto de 2013

Museo de anclas de Salinas

El Museo de anclas de Philippe Costeau es un fantástico refugio al final de la playa de Salinas, sobre los acantilados que unen el pueblo con playa Arnao (base de operaciones de la Asturiana de Zinc).
Anclas, esculturas y un enorme busto de Costeau, que emerge de un acantilado afilado, produce paz y nostalgia en un paseo con vistas a la enorme playa con sus cazadores de olas y a las dunas opuestas.

lunes, 12 de agosto de 2013

Arraiolos


Pueblo de casas blancas con una imponente alcazaba que lo domina y a la que es mejor acceder en coche. Una parada breve en la pastelaria para tomar de nuevo un buenísimo café Delta y creo el mejor pasteis com natas que he probado (sin despreciar los de Belén, en Lisboa). Paseamos por las calles cuyas tiendas están a punto de abrir. Son las 10.00 y empiezan a llegar coches llenos de alfombras típicas de Arraiolos. Me compro una pequeña, para aumentar la colección, aunque esta será la primera que cuelgue en la pared. Es azul y blanca, del tipo Santo Antonio, e incluye cuatro animales que bien pueden ser conejos o perros. La compra en el super del pueblo es otra visita turística con productos muy curiosos y típicos, y precios bajísimos

domingo, 11 de agosto de 2013

Vimieiro


Pequeño pueblo blanco con casita bajas que combinan colores azules, rosas, verdes y algunas cubiertas de azulejos. En la rotonda de la entrada se encuentra la típica estampa alentejana: tres bancos de abuelos a la sombra de dos grandes sauces, todos con su boina.

Tomamos café en un quiosco cercano a la rotonda, un café Delta buenísimo, y paseamos algunas de las calles del pueblo. Todo el mundo saluda y todos miran curiosos. En la plaza de la junta de freguesía volvemos a encontrar más abuelos en la sombra, no hay más señal de vida. Localizamos panadería y supermercado y volvemos al campo.

De noche hacemos de nuevo un paseo por sus calles y nos encontramos una Vimieiro distinta, viva, activa, llena de gente tomando la fresca frente a sus casas, en corrillo. Otro espacio de reunión es la iglesia, punto central de conexión gratuita a internet que ofrece el pueblo. Ahora corre aire fresco y, como siempre, lo mejor es adaptarse a la vida de los lugareños para disfrutra mejor y más auténticamente del lugar.  

sábado, 10 de agosto de 2013

Entrando en Alentejo

Entramos en Portugal por Badajoz dejando atrás campos de de encinas que alimentan a los futuros mejores jamones de España. Hemos podido comer una tapita de ibérico en la Majada, con unos buenos amigos a los que hemos sorprendido en su pueblo natal, Trujillo. Nos han dado una breve vuelta por una de las plazas más bonitas de España y nos han abierto el apetito para volver a pasar unos días con ellos en el futuro.

En la frontera hay 42 grados y el paisaje es prácticamente el mismo.

Tras 80 kilómetros llegamos a Vimieiro y adentrándonos en los campos vemos nuestra pequeña casita alentejana: blanca y azul, de una planta, con un patio trasero grande y una torre que resulta ser el hogar de la casa. El contraste de temperatura entre la casa y el exterior es de unos 20 grados. Ventanas que dan al este bien cerradas de día aseguran una temperatura fresca. Tiene una sala de estar frente al inmenso hogar, una salita de lectura, un piano de cola y una alfombra de Arraiolos que luce grande en la sala. La cocina es espacio y tiene salida al patio cubierto parcialmente por una parra. Una recibidor distribuye las habitaciones, que son tres y dos baños.

Vemos el atardecer desde el porche que da al oeste....el cielo rojizo, la tierra amarilla...